20 nov 2008

Tomás Rodríguez Rubí

Tomás Rodríguez Rubí (Málaga, 1817 - Madrid, 1890)

Periodihta, político i autò e teatro. Dirihió er diario El Sur (1855-1856). Hué direhtò der Teatro Ehpanyó i académico e la lengua en 1860. Hué diputao, zenaò bitalizio i minihtro e Isabel II. Tamién colaboró en la primera gran enziclopedia qe ze hizo en Ehpanya a mediaô er ziglo XIX. Ehcribió numerozâ obrâ e teatro con lâ qe triunfó en lô ezenariô e Madrid, tanto dramáticâ, zentimentalê e ihtóricâ. Con zû “Poesías andaluzas” (1841) inizió lo qe poemô conziderà como poezía rehionalihta, carahterizá pò la utilizazión e l’andalú ehcrito i la recreazión e perzonahê curiozô.
Argunô e zû poemâ zon berdaerô cuadrô cohtumbrihtâ, como er titulao "La venta del jaco" o “la visita nocturna”, inspirá ehta úrtima en un cuadro aonde ze be a un bandolero ozerbando la cabeza e otro compae colocà a la bera un camino. No fartan en zû h’obrâ leyendâ localê i comediâ cohtumbrihtâ como La venta de Cárdenas (1842).

Paco Arbadulí


Poesías andaluzas- Biblioteca Virtual de Andalucía

Poesías andaluzas de Tomás Rodríguez Rubí - 3ª edición

Publicación: París A. Lefevre, editor y librero, 1853 (imprenta Dubuisson)


LA VISITA NOCTURNA

¡Várgame Dioz, esdichao!
¡En lo que vino á pará
tu cabeza! ¿Quién dirá
que eza es la e Paco el Zalao
al vela tan empina?
¿No mablaz ya, Pacorriyo ?
¿No zabes que hasta el Lucero,
tu valeroso tordiyo,
está ya como un cordero
y no come el probeziyo ?

¿No zabes que tu María
y laCurriya tu hermana
yorando están noche y día,
y man jurao esta mañana
que azi estarán toa su vía?

i Y no vez aquí á tu Anton
puesto elante e tuz espojos,
que al cumplí zu obligazion
la augustia e zu corazón
ze le zale por lo zojos?

Míralo bien, camará,
y zi ve tanto pená
esde eze palo no puéz
¡ay¡… jéchame una mirá
esde onde quiera que estéz.

Yo vengo á ve por la noche
tu chola, Paco, y no e dia,
porque temo que la mia
argun puscanó la ezmoche
pa jazerte compañía.

Si alguien aquí ze me encara
el trabuco es mi fortuna;
aquí la zombra mampara...
y pueo verte eza cara
con las lucez e la luna.

¡Paquiyo! ¿Jásia ónde estás?
Di, lumbrera e las lumbreraz,
¿ qué zan jecho tus tonás...
tus zalerozas playeras
no las oiremos ya mas ?

Ya no tendremos pendiente
el ánima e tus clamores;
ya á laz jas no echarás flores,
ni hayaremos un valiente
como tú entre los mejores.

Entre tos ya no tendremos
quien po nozotros responda;
ni hasañas junto jaremos,
ni juntoz á escape iremos
jásia las cuevas e Ronda.

¿ Y creerán ezos jurones
que no tenemos paziones
ni a nenguno enclinazion...
¿Pus qué, zeñó, los ladrones
no tenemos corason ?...

¿No zentimos nuestro mal
lo mezmito que caá cuál?
¿O penzais que no azpiramos
mas que á aqueyo que topamos
y á partilo por igual?

¡Ay !... vozotros los que eztais
en zocieá congregaos,
¿por qué cuando nos juzgáis
vuestra mano no yebais
al costal e los pecaos?

¿En él nenguno tenéis?
¿no oz ezcurrízteis jamás?
¿tan bien lo zojos ponéis....
¿ ó zolo con ellos veis
las culpas en loz emas?

¿No veiz que zomos jermanos?
Zi á tos los largos e manos
ze ajorcára... Voto á Bríos
que entonce, probes guzanos.,
oz ajorcaran á tos.

Porque vozotros pecáis
como un cualquiera jaría...
y aun con maz alevozía,
porque vozotros choráis
con mucha e la hiproquezia.

¡ Várgame Cristo
con la juzticia !
Zi eyoz sescurren
ez sin malicia
ez sin pensá.

¿Pues qué mas da,
gente zin freno,
quitá lo ageno
en un camino
ó en la ciudá?

¿ Y quién oz dió premizo
pa á lombre arrebátale azi la vía?
Ecime, ¿eze poztizo
poer pa dá mulé, quién os lo envía?
¿Quién, zino Dios monarca e sielo y tierra
que alienta á laz criaturas,
y al cabo las entierra,
podrá, zin zé profano,
meteze e zu misterio en la jonduras?
Vozotros, mizerables pecaores,
zois los que armásteis vuestra propia mano
y la nuestra tamien; porque zin tino
con eze zoberano
poer que oz regaláis,
en la pena igualáis
al libre montañez y al azezino.

¡ Paquiyo! ¿no ez la verdá?
contéztame, ¿no igo bien?
Esos pobretez ¿quién zon
pa manda noz den mulé?
Los que en los montez vivimoz
¿no emoz por ezo e comer?
¿no ha de ejarnos aquí el prójimo
ni aun lo que le zobra á él?
i No ! que nozotros marditoz
por ziempre zemos amen,
á la proste toz noz vemos
lo mesmo que tú te vez.
Pero escanza, Pacorriyo,
porque yo te vengaré,.,
zí, primero que me yegue
dacompañarte la vez.
Y estos caminoz y zierras
con zangre las regaré,
pa que zepan ezos mandríaz
que aunque á uno aprienten la nues
mal que lez peze, en la tierra
pa vengalo quean zien.
Y á los que pazen esde hoy
zin lástima esplumaré,
y todo lo que lez atrape
en un mez y en otro mez,
¡ ay ! en mizaz pa tu alma
á los frailes diñaré.
Zí, Paquiyo; y no taflijas
porque aquí zolo te vez,
pues cuando menos lo pienses
á acompañate vendré. —

LA VENTA DEL JACO

Zu mersé mire eza piesa. . .
¡este ez un bicho mu fiero!
¿y esta cola ? ¿ y la cabesa?
vamo... zi no tiene pero.
¿Pues y lo zojos?... ¡no ez na!...
zon senteyas..,¡no hay mas ver !..
miusté ; con eza mirá
está isiendo zu poer.
Y los piños ?... ¡ Jezucristo !
zon mas blancos que el marfin...
y en jamáz aquí za visto
un jaco con tanta clin.
¿Lo quié usté ve caminá?
lo mezmo zale que un taco...
¡Fe !.. ¡ Canina !.. ven acá...
encarámate en el jaco;
y yévalo recojío
hásia el camino e zan Roque...¡
Corto!,.. Canina, hijo mió...
y cudiao no te zesboque.

¿Lo veusté? ¡ Juy… qué pujansa!
es lo mejó que tenemos...
ni el mesmo viento lo alcansa...
¡Zi zon mucho aqueyos remos!
Ahora e mano cambió...
vea lusté... ¡qué gayardía!...
¡ Alabao zea el Zeñó,
que tales fortunas cria!
¡Canina !... ¡ para! al avío;
arrepare osté qué piel...
Vamo, zi quié usté ir zérvío
no hay mas que quearze con él.


¿ Que cuánto?... bien vale... azí
Dios ze olvie e mis pecaos,
lo mesmo que un maaveí...
zobre tresientos ducaos.

¡ Qué ha e ze mucho !... ¿no vusté
que eze potro ez una fiera?
¡Por zan Juan !—¿ Osté no ve
que ez e la casta e Valera?
Y que ze bebe los vientos,
y que los sielos escala...
vaya... vengan los dosientos
y pague osté la alcabala.

¡Ze acabó; no hay mas que hablá!
Zi osté ez el amo, on Jozé...
¡Luseriyo¡... ¡paza aya!...
¡Qué bicho ze yeva osté !!!...
¡Qué animal!... ¡vaya unas manos!..
que las jan pintao parese...
¡Jay!... ¡antez e zapartanos
éjeme usté que lo beze!
¡Lusero, mantente tiezo!.,.
Anda vete, probecico,
y toma mi último bezo...
¡Várgame Dios, qué jocico!
Zeñó on Jozé, no pueo má...
¡llévelo usté, por Jezú!...
que no lo güelva á mirá...
¡gástelo usté con zalú!

Canina... arrímate acá.
Ya lo ves, pazó el potriyo;
juerza el mojalo zerá ;
con que vamo al ventorriyo,
Güen golpe, ¿es verdá, chorré?
y en zeguro lo hemos dao…
¡Várgame Dios, lo que pué
con los jacoz el zalvao ;
y el güen hombre no ha alvertío...
¡zi ez esto una maraviya!,
que el peyejo está cosío
maz acá e la paletiya.
Ni que la clin, ni la cola,
ni los piños, zon verdá...
¡Canina! con mi parola
tó ze lo jize tragá,
¡ Jezucristo!.., ¡vaya un topo!...
no ze yeva mala ardiya...
¡Ja, ja!... Dios jaga que el jopo
ze le tenga hasta Zeviya.

Y pues que tantos ducaos
al fin nos valió el potriyo,
¡Chavó!... con nuestros pecaos
vámonoz al ventorriyo.

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